El caso de hoy ha sido un ejemplo significativo de ello.
En la lectura comprensiva, he detectado que uno de mis niños tenía dificultad para articular el fonema z, por lo que he tenido que dejar a un lado la programación con el fin de solventar el problema surgido.
En este caso, a partir de una actividad centrada en la lectura comprensiva, la situación ha desembocado en otra en la que se ha prestado atención a varios ámbitos, tales como la discriminación auditiva y visual, la articulación y el seguimiento de instrucciones, además de el objetivo marcado que era lectura y escritura.
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